Columna de Magdalena Balcells González, Presidenta del Directorio de Empresa Portuaria Iquique
Cuando las voluntades de personeros y de sus instituciones es transversal y, además, se alinean con la gestión y con hechos concretos, es la mejor señal de que vamos por buen camino. En tal sentido, la validación que efectuó el embajador de Brasil en Chile, en el marco de la reciente Exponor, respecto de la materialización del corredor bioceánico como una oportunidad concreta para los exportadores brasileños, nos alienta a seguir avanzando de manera colaborativa junto a los demás actores de nuestro ecosistema logístico.
Durante las próximas semanas, estaremos presentes en el 5° Foro de Territorios Subnacionales a efectuarse en Paraguay, y en el Tarapacá Day a efectuarse en Campo Grande, estado de Mato Grosso do Sul, en Brasil, lo cual reafirma nuestra convicción de que la apertura de la ruta de Capricornio, así como la consolidación de actuales conexiones viales, marcará un antes y un después para nuestra región.
El interés de mercados de la macrozona sudamericana por buscar nuevas rutas, eficientes y seguras, es un hecho palpable. En el caso de Empresa Portuaria Iquique, como administradores del recinto portuario, visualizamos este escenario con entusiasmo, pero también con un mesurado equilibrio. Hace un par de semanas lanzamos una licitación pública para realizar un estudio de demanda, con el objeto de dimensionar los volúmenes de movimiento y transferencia de carga que está en juego. Interesados de países como Perú, Ecuador, Bolivia, Países Bajos, Estados Unidos, Panamá, España, Holanda y de Chile se registraron en nuestro dataroom y solicitaron las bases. Este estudio de demanda es el punto de partida para el diseño de planes de crecimiento y desarrollo sostenibles y responsables que nos van a permitir sustentar y atraer las inversiones necesarias, para poder entregar los servicios portuarios de manera consistente y acorde a cómo lo han hecho referentes de la industria en otras latitudes.
El corredor bioceánico es un desafío mayúsculo que requiere de capacidades y competencias para abordar de manera integral el conjunto de avances en infraestructura y logística que son necesarios para hacer frente a este sueño que, durante el 2025,comenzará a ser una realidad.
Como EPI, estamos disponibles para sumarnos, junto al ámbito público -privado de Tarapacá, para diseñar estrategias y levantar recursos que permitan hacernos cargo de este objetivo. La cuenta regresiva ya comenzó, es momento de gestionar.