Columna de Opinión Magdalena Balcells González, presidenta Directorio Empresa Portuaria Iquique (EPI)

Los puertos son una pieza clave en las cadenas logísticas a nivel mundial. Son habilitadores del comercio global y el recinto portuario de Iquique no es una excepción. La competitividad, asociada a la eficiencia en el traslado de las mercaderías, es el “nuevo petróleo” y es un factor determinante para la óptima toma de decisiones respecto del tipo de cargas y las mejores rutas para movilizarlas.

Si bien el dinamismo de los esquemas logísticos exige flexibilidad y una rápida capacidad de respuesta para asegurar buenos resultados, no se puede perder de vista la mirada de largo plazo, que implica revisar y ajustar permanentemente los planes estratégicos,  por lo que como Empresa Portuaria Iquique (EPI) y al estar estratégicamente ubicados en el centro de Sudamérica, hemos estado trabajando en identificar oportunamente estas señales e incorporarlas a una planificación sistémica e integrada con foco en los objetivos que fortalecerán nuestra oferta de valor.

Para un desarrollo sostenible y la toma de decisiones informada, es fundamental contar con información objetiva y de calidad. Así es como en el marco de nuestra planificación, hemos trabajado en el diseño de las bases de licitación para un estudio de demanda que nos permita incorporar proyecciones y desafíos. El propósito es desarrollar un modelo de crecimiento responsable para la actividad portuaria y logística, eficiente y competitivo, en sintonía con la comunidad y el entorno.

En los últimos dos años hemos observado la inminente materialización del corredor bioceánico de Capricornio. Tal es el caso de Mato Grosso do Sul (Brasil), que históricamente ha tenido al Atlántico como única alternativa de salida de sus productos al mundo y que hoy, a través del corredor y de nuestro Puerto, se abre una posibilidad concreta y real de salida al Pacifico. Como EPI tenemos contacto permanente con sus autoridades y agrupaciones de productores quienes han mostrado, de manera reiterada, su decidido interés por exportar sus productos por los puertos del norte chileno.

Como pilar de la economía de Tarapacá y la responsabilidad que esto conlleva, tenemos plena conciencia de que un aumento significativo en el arribo de cargas nos desafía como ecosistema logístico. Debemos ser capaces de trabajar colaborativamente, junto a todos los servicios y actores con los cuales el comercio internacional se vincula. Se están dando los primeros pasos en esta línea, los que esperamos se consoliden en el tiempo en directo beneficio del bienestar colectivo de la región y sus habitantes. Ahí es donde reside nuestro compromiso.