Durante el último tiempo, algunos indicadores nos han mostrado que ha comenzado a operar en una suerte de “marcha blanca” el corredor Bioceánico Central, iniciativa de tres países que se encuentra concluida casi en su totalidad y que poco a poco ha comenzado a dar señales certeras de que el tránsito de carga desde las zonas productivas del cono central de Sudamérica hacia los puertos del Pacífico, requiere y seguirá requiriendo mayor infraestructura vial, logística y portuaria.

Hace no mucho tiempo atrás, el departamento de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, alertaba la inminente saturación de los silos de almacenaje de granos que posee, amenazando con colapsar la logística de transporte y poner en riesgo la exportación por la falta de espacio para acopiar la pujante producción, ya que la capacidad estática de las industrias estaba copada con 2 millones de toneladas de soya.

Mientras, en Oruro, se iniciaba la primera fase de la construcción de  un “puerto seco” de 60 hectáreas, que busca agilizar la operación logística a través de la carga y el transporte. Esto, con una inversión de más de 3 millones y medio de dólares.

Paralelamente, en el Puerto de Iquique, nuestro concesionario privado ITI, acordaba la transferencia de más de 50 mil toneladas anuales de soya, potenciando  la alianza estratégica que debemos mantener con nuestro vecino país, que el año pasado anotó un crecimiento en el tránsito de carga de un 77%.  La madera, el cuero, el borato, la chancaca y ahora la soya, son una prueba que sabemos hacer el trabajo y que lo hacemos bien.

Especialistas y actores de la cadena logística han sido enfáticos al señalar que Iquique es una excelente alternativa para la carga proveniente de este país, tanto por la modernidad del puerto, la cercanía con las principales zonas productivas, la alta frecuencia naviera a los mercados del Asia Pacifico, la próxima licitación del terminal “Molo”, la construcción de un tercer frente de atraque y, por supuesto, la nueva conectividad vial con la que hoy se cuenta y que une Oruro con Iquique en menos tiempo y de manera mas segura.

Romper con los paradigmas y generar un cambio cultural en la forma de percibir al Puerto de Iquique en Bolivia, ha sido un trabajo de muchos y de larga data. Por eso, la responsabilidad de cuidar nuestro puerto es de toda la comunidad, la cual debe tener conciencia y anteponer este interés común por sobre todos aquellos otros que puedan lesionar o mermar de manera irrecuperable lo que tantos años ha costado conseguir.

Sin embargo, estamos seguros que avanzamos en la dirección correcta para seguir fortaleciendo nuestros lazos con Bolivia y transformarnos en el Puerto que  conecte a la macro región andina con el mundo.

Alfredo Leiton A.
Gerente General
Empresa Portuaria Iquique